
Tú que todo lo hueles,
que anidas las dudas
como un panal un tronco hueco,
filial del perro
y de la avispa,
tú que sólo muerdes nieblas,
y peor aún, picas
la avaricia izando leyendas,
tú que te pasas el tiempo
persiguiendo al aire
y luciendo vendas,
mísero en aciertos
y escaldado en hocico
vas llenando la sin razón
de palabras y de mierda fresca
garras y pico.
Maldita conducta de sal,
limones y caduco incienso,
que todo aquel que te lleva te niega,
pues sin reconocimiento
tu plural va campando por conciencia
con menos tino que escarmiento.
Insaciable ves ataques
donde habían bondades,
y es que tu dictadura es tan absurda
que hace tiempo que en eso
donde ves desamor
sólo habita el miedo.
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