miércoles, 26 de agosto de 2009

PASTANDO EN EL FUEGO




De un fuego sublime,
horadador, líquido,
vaporizado, sólido
me vine yo a pastar en vos,
hambre de carnero, de cabra,
de oveja, de vaca,
el bestiario agoté en nombres,
en formas, en mordiscos,
en rebaño o sólo
nunca vi el final de tus montes,
senos de tierra húmeda,
locura enferma mi bocado,
y fuego, más fuego
a su consumir por consumir,
a su prender alocado
devorador de vidas simples,
las que hoy te hago recordar
con éste fuego que tú me eres,
que tú me tienes,
que aunque no lo parezca
soy el hombre menos hombre
que visitó tus praderas.
Desde entonces porto pelos y pezuñas,
de recorridos viciados
que se acostumbraron
al pastar por el pastar,
guardián de tus lindes,
monarca del rebuznar
que en las noches claras
saca leches de su ubre.