domingo, 8 de julio de 2012

CLEMENCIA SALUDABLE





Porque una cuna no asegura futuro alguno,

porque la hermandad es una llave que sólo abre en la constancia,

porque el tiempo es un dictador que sólo da a quien sostuvo,

porque los candelabros se oxidan bajo la lluvia,

porque hay cegueras que llegan con las mejores lentes,

porque no hay mayor invalidad que la del obtuso.

Demasiada paja en las infancias infladas

da mucho mal humo si los años vinieron adúlteros.

No todos los ríos desembocan en un mar agradable,

fuego traidor en la negrura de un viento hostil

que siempre trae sorpresas, almanaques vencidos

en las deltas de las dudas que antaño eran maduras,

en las trampas para perros siempre caen caninos,

no veo motivo de alarma en las víctimas

que no hace mucho adobaban disfraces de amigo.

Me condenaron en las palabras, las únicas balas de sinceridad

que tenemos los que predijimos las verdades más sórdidas,

las que ahora molestan a quienes se llaman justicieros,

entre mentiras y serpientes,

entre carteles y podridas mieles

poseo la pluma intacta de limpiar estafas.

Demasiados picos de tercera para terminar la carrera,

arena y piedra tras el abrazo plastificado,

que el mayor veneno, por delante de las serpientes,

rival del escorpión y del frasco maldito,

lo ostenta siempre el más callado.

Porque una cuna no seguida ya no da sustos

para el que se conoce todos los puertos,

la mitad de los calabozos de una noche,

y más de una duna en los desiertos más abruptos.

Porque la hipocresía me chiva desde que la razón uso,

jamás les pedí lealtad,

tampoco buenas opiniones,

sólo la clemencia de que no sigan haciendo el ridículo.

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