martes, 31 de julio de 2007

NOVEDAD: CON EL DEBIDO RESPETO A LOS CREYENTES. ESTE SONETO VA DEDICADO A LOS ATEOS Y AGNÓSTICOS QUE POBLAN EL MUNDO Y A LOS QUE PERECIERON POR SERLO.



Me dirijo a vos,Dios del que dudo,
sólo le sé por tinta que dejaron
e incrédulos de fe que bien quemaron,
tanto al parlanchín como al mudo.

Hoy le hablo,Dios al que no acudo,
Nietzsche y Unamuno se quejaron,
también en sus letras se burlaron
pues milagros sólo son escudo

de quienes temen la muerte certera,
en invención un diez al siervo
y en realidad un saco de arena.

¿Acaso el hombre es corcel o ciervo?
Permítame discutir la cartera
del predicar de su gloria y pena.