
En posos del desencanto corpóreo
se halla el rostro más bello jamás contemplado,
anomalías endiosadas en la faz de cielo
que disloca los prejuicios del escueto.
No puedes mentirme en las visiones contempladas,
nos iremos con los años
y lo que no devoremos será alimento de afortunados,
cuando los infartos son muertes glotonas,
cuando de mis desdichas valentonas
ninguna por perderte se hará moda.