
Llueve en las misoginias de la cotidianidad,
un sombrero reventado por el norte,
un poeta tallando imágenes y venenos
mientras la lluvia apuñala los escritos
con la gula del hambre más atroz.
Desapariciones inmediatas cuando brotan las hostilidades,
la tristeza es una rata que muerde a los delcalzos,
la desnudez es una muerte segura,
cuando los ladrones no saben lo que roban
la ambición es una hiena de ojos pequeños
que ríe sus carcajadas frente a ésta cacería;
donde los hombres libres sólo son sombras
de lo que un día fueron...