sábado, 5 de febrero de 2011

LOS DESVANES DEL AMOR





He subido a los desvanes del amor,
celdas que fueron cielos,
ruinas de Cupido,
esqueletos de idilios que perecieron.
Aquí las flores huelen por decreto,
mas su aroma no es natural,
aquí todos los tiempos son pasados,
verbena de olvidos
dónde los relojes son de adorno,
todos empolvados boca abajo.
Jamás vi hemeroteca más poblada,
de funciones que no fueron aplaudidas,
de anillos que no terminaron de unir nada,
de placeres que mutaron en mil heridas.
Cuantos poemas escritos ya para nadie,
con su papel intacto,
juro que estas tintas
son lo único que presume aquí de vida.
En los desvanes del amor
están todos los errores que dieron batalla,
los que nunca se perdonaron,
los que vinieron para quedarse,
los que siempre importaron demasiado.
En los desvanes del amor
está mi nombre en cada puerta
y mi rostro acompaña cada escalón,
que corazón más estéril,
que sin sentido más viciado
es subir a los desvanes del amor.