viernes, 6 de enero de 2012

EL BARRIL DE MI MEJOR YO



He estado guardando mi mejor yo para cuando vinieras,
lo tenía tan bien guardado que hasta brillaba,
apenas tuve que limpiarlo ni pasarle ningún trapo,
impoluto en los gestos, bendito en las palabras,
mágico en los cariños, celestial en los versos,
ni una mentira por lacónica que fuera le quedaba en la solapa
a mi mejor yo, ese yo espumoso,
ese yo de la mejor añada,
barril del roble de mi infancia,
ese que tiene la madera de los sueños
y las ternuras más ricas y altas.
Un niño comenzó hace muchos años los cuidados,
un adolescente inconformista mantuvo el ritual,
un joven poeta siguió aun a regañadientes con los tratados,
licor de mi yo más exquisito el que te bebes ahora muñeca,
te lo sirve este sommelier de nombre Javier.
Te juro que no hay yo mío mejor.
Oxigena esa copa y disfrútalo.