De todas mis máscaras
la que más
aprecio es la máscara de mi verdadero rostro,
que se derrama novel como el primer día
en cada blanco virginal de tinta ofrecida,
en cada noche a solas, de humo ascendente
y estrellas dispersas y bienvenidas,
en cada beso impactado en su gemelo,
que es el tuyo, que es el nuestro.
De todas mis caras
la que más quiero es la única que de verdad habla,
que se manifiesta impoluta en amaneceres buenos,
en cada latido de sangre renovada,
en cada pensamiento que es una voz en el silencio,
en cada abrazo sin misterio,
que es el tuyo, que es el nuestro.
De todas mis faces,
la que más amo es la faz sin recodos ni espejos,
que se ilumina soleada en cada verso,
en cada inmenso universo sin disfraces,
en cada tiempo de tiempo detenido,
donde los relojes se arrodillan marcando la nada,
en la faz de faces, autenticidad del alma,
en la faz íntegra, en la faz que te ama.
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