Océano
de soles,
lenguas
lisas, longevas,
enredaderas
barrocas en el tallo,
corona
de luz norteña,
que el
amarillo ya no es un color,
es un
cabello,
el
principio descendiente,
cercando
el milagro,
si bien
recogido
o
perfecto de largo,
que ya
podrán citar mil templos
que
nada alcanzará jamás
a ese
envoltorio de lo sagrado.
Lisonjera
llega la llanura sedosa
que le
robó el blanco a la espuma de las olas,
a la
luna en sus estados más grandes,
a los
dientes de leche,
al
brillo de los diamantes,
es el
tejado supremo de las líneas de oro delgado,
engullidoras
de sudor si es el caso,
sombrero
de los astros castaños
que
custodian los abanicos de tu hazaña;
la de
regalarle al mundo tus ojos,
planetas
con atmósfera en la belleza catedrática,
que
sólo un ciego las llamaría pestañas.
Nunca
un hueso fue tan preciso,
para mí
el puente fino
de los
detalles curvados hacia delante
con
final en la joya carnal,
como
tallada a cincel,
joyería
de mujer existente
parida
por su madre,
que si
advirtieron brillos
juro y
perjuro
que fueron
las joyas de su cuerpo,
bendito
asalto a los humanos,
que el
universo es un cajón
si tu
rostro es un disparo.
Seguimos
bajando
al arco
fogoso en sus salivas,
a los
gemelos de pomposidades parlantes,
donde
para mi boca,
el de
arriba es una droga
y el de
abajo un cautiverio insalvable.
Punto
cardinal en hora,
el cabo
de hermosura sin agua,
que los
envidiosos dirán puntiaguda,
ese es
el bendito trecho
entre
los miserables, los feligreses de lo increíble,
y yo,
que esta mañana acogió en su pecho.
Rostro
sin tiempo,
la
eternidad es un insulto
cuando
le da por llamarte Ángela,
cuando
me pongo a besar el volcán de mis versos.
3 comentarios:
Hola, por esa casualidades, di con tu blog y me pareció buenísima y bella tu poesía. No pude irme sin decírtelo. Un saludo desde Chile.
¡¡BELLO!!, simplemente bello...
Maria Cristina Faleroni
Pintora y Escultora Argentina.
Millones de gracias, todo un halago de etiqueta el vuestro,un abrazo desde Alicante.
Publicar un comentario