jueves, 15 de agosto de 2013

MATEMOS A LA MUERTE



¡Que me detengan el tiempo igual que a un muerto!
que me paren el minutero y no el caminar.
El reloj es terrorista en sus cuentas,
silencioso sibilino de las muñecas preciosistas,
cada cumpleaños en una bandera de la parca
alineada y puesta en tu espalda.
Que me cesen calendarios que resten vida a mi vida,
que me aparquen el desgaste,
maldito menguar de los que no se quedarán,
no quiero experiencias a cambio de latidos,
el truco de una salida por vagina
por una entrada en cementerio,
el trueque imperativo,
no deseo amistades con la nada que seré,
con la que fui y con la que soy a veces,
lacónico bombeo de ojos abiertos
me sublevo a la condena de marcharme ,
no pedí venir y no pediré irme,
muñeco de los dioses con acento en la escritura,
estupor de mañanas que no querré,
anti adioses, enfrento despedidas
con las espadas de las tintas.
¡ Qué me priven de los pasillos que me llevan al cierre!
En mis brújalas no hay rumbos verdugos
que lleven a un final en madera o en llamas,
que no me faltarán tablones que poner en bultos
para impedir la bajada madura de mis persianas.