No fue mi infancia ligera sin cantos
de proveniencia maña y alada
cuatro erais en aquella escalada
que me asistió comida y mantos.
Dispersasteis en alza mis espantos
en esa gran escucha acomodada,
menos héroe trovador y más hada,
pues tesoros a la voz fueron tantos...
que aún retengo poemas de oro
entre la edad y el pasado endulzado
me hicisteis libre como el viento.
Desde aquí pido recuerdo encumbrado
para lecciones que aún decoro
con gusto sobresalido y lento.
(Totalmente merecido, a Héroes)