sábado, 20 de febrero de 2010

ODA A LA RISA



Nadie hay que te haga un feo,
acción de un alma sin lengua,
que no se precisan idiomas
matemáticas o leyendas
para hacerte salir,
preciado botín
que tapas la podredumbre
con el mejor verbo de final en ‘ir’.
Tus resultas son gemelas a la cebolla,
blancura en la llorona,
en dientes que se lucen
con la luna arqueada,
nacida en cualquier labio
dominas la orina pronta,
la campanilla expuesta
y la indomable carcajada.
Enfermedad de bien,
el contagio medicinal,
eres para la alegría
lo que para la alergia el estornudo,
bondadoso tic automático,
tú que bendices al espontaneo,
a la arruga momentánea,
al ciego, al mudo,
al perseguido y al soberano,
¡ fuera espadas y grilletes !
las penas y los escudos,
emergida para regalar
te muestras invencible
a la desdicha; en la guerra y en la paz,
los opuestos son aliados
cuando vienes a mostrar
la fiesta de tus inventos.
Donde more el chiste,
lo absurdo, un gesto,
la sensatez, ironías;
inteligencia del gusto,
ahí estarás con el agrado
de la sonrisa más pícara.