Yo ya sabía de vos antes de que vinieras,
por ponientes que se ponían
de mirarse en el soplo
y morderse en las babas,
yo ya sabía de vos,
por entregas , en capítulos,
acostado o en carrera,
por tendederos que llevaban
de ti tantas bragas
como de mi esperas.
Yo ya sabía de vos antes de que vinieras,
y es que conocí los bestiarios más amarillos,
con olores a pescado y sal gorda
que adobaban el cariño de la nada,
el que no vale, aire de bolsa.
Yo ya sabia de vos antes que todas,
no hubieron dudas sigilosas
que cantaran mejor que yo tu presencia,
y es que aprendí de los burdeles maduros
donde todo es pendejo
a limpiar el amor de peinados de muñeca.
Yo ya sabía de vos antes que cientas,
no habían paciencias que supieran contar más de dos,
restableciendo el ímen de los valores violados
me fui a ponerme bocabajo
cuando quisiste jugar conmigo a la anorexia del candor.
