viernes, 23 de abril de 2010

ODA A LA PALABRA




Apenas seis meses tardé en lucirte,
a gritos, en cuenta gotas, por lloros y pataletas,
apenas dos años tardé en exhibirte, con algo de precisión,
esta vez sí, entre los brazos de los demás,
y los suelos, a gatas, que se me antojaban eternos…
Te aprendí entre miradas altas a los mayores,
las escuelas de bocadillo en el suelo
y las carreras sin sentido,
con las que más sonríen los niños.
Imperceptible, fuiste entrando en mí,
vida de aires que se me anunciaba,
de cuantos receptores con oído, el reclamo,
era cierto, e involuntario,
ya era alguien, ya hablaba.
Pero una responsabilidad mayor,
una llamada a filas,
un nombramiento me ofreciste,
por las tintas y las inopias,
la hoja en blanco y la deshora,
si, así de sencillo, hijo pródigo me hiciste.
Y hoy vengo a homenajearte,
no era para menos, madre de las letras
que matan y reviven,
que apadrinan y sueñan,
que llegaré yo con más razón que una cuenta,
que una resulta numérica,
mira por donde, te tatúo hoy en un poema.
Detrás de la nada, y al principio de todo
nos sacas a pasear en tus carnavales dichos,
religiones aparte,
que hasta los dioses se conocen
por tus derrames, tus inventas,
colores, disfraces, confesiones, rimas,
mentiras, pasividades, dolores de amarre,
sin importar también valen,
¡ que supuras en todas partes !
¿Qué no hay patrañas?
Pues también nos eres en las verdades.
De ti vive todo lo que piense,
calle, grite o simplemente hable,
escribanos arriba, carteles, paredes, grafitis ,
recetas en las cocinas,
santos en los calendarios, ¿las fórmulas? con nombre,
las enfermedades, los cuentos, los apuntes,
por teatros, estadios, ciudades, en el núcleo,
en los puertos, en los cementerios y el extrarradio,
en cualquier lugar…nos invades.
Y no sé que será más grueso,
si verte por las calles,
en otras bocas, con patosería o con destreza,
en los coitos, los adioses,
el relleno, la admiración,
la publicidad o mi cabeza.