jueves, 21 de octubre de 2010

OLVIDÉ CALZARME



Oxidado como clavo a la intemperie,
vengo envenenado de avispas que me hablan de ti,
coronado en la hambruna,
en el esquelético helor
que pasta tus silencios,
llamados distancia desde el sin sabor
de los que morimos por abandono.
Arrinconado como regalos que ya no importan,
vengo a hallarme en mi propia efigie,
petrificado en el escorbuto,
en la falta de todo,
que se levanta en la pobreza reinante
de los que ya no poseen ningún futuro.
Derrotado como sueño al despertar,
vengo lleno de puercas falacias,
que sin mayor desgracia que ninguna
se hacían tan obesas
en los besos que me dabas…
Anidado como pájaro en suelo caído del árbol,
traigo las heridas de mil batallas
y los porqués de mil infiernos,
elevado en las arenas
de las dunas innombrables,
acostumbrado a quererte
olvidé calzarme los pies
para caminar deprisa
las malezas de tus quereres.