De las dilataciones apenas extendí mi mensaje,
por caudales ocultos lo sumergí en la callada de aguardarte,
sin recursos retenedores me versifiqué en esperas coloristas,
sazonadas por el botín de los arriesgados
fui manchando de mí todos los rastros que te dejé a medias,
a oscuras en futuros echados al aire,
al nuevo tiempo que aún no se había aprendido mis prioridades.
De las excavaciones puse las uñas al servicio
de la tierra abandonada,
resucitada en mis empeños de mármol blanco
donde las luces eran lámparas con casco
y torpes adioses tempranos,
el seguimiento una gata en celo
y las uralitas-resina la alfombra por donde debía seguirte,
y vinieron otros, y se fueron las sucesivas,
y los sustitutos sólo fueron estrellas veraniegas
en las cúpulas celestes de nuestro eclipse sagrado,
encadenada a ti fue la historia
y a mí éste valiente estado,
¿estás? ya llegué.
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