martes, 31 de mayo de 2011

SILENCIO EN LA SALA , POETA DE GUARDIA




En los políticos verbos de la apariencia,
siempre a la sazón de una miserable hermosura,
he vuelto a cursar hoja de ruta
en las vivencias más vomitivas.
De jueces de plástico,
de bolsa de un céntimo,
de jueces bisutería,
de chiringuito de playa,
de jueces con heces,
de jueces de ría, saltarines,
regalados, con el semanal,
de jueces que me hacen gracia,
porque no lo son,
de jueces de mierda,
descomunal,
juristas de la torpeza,
la desinformación,
la coja balanza
y las profesiones dispares.
Hoy saco a todos los jueces de mi vida,
los que creen serlo,
labios de bufón sin tiempo,
mueca del estiércol,
verborrea del esperpento,
que de jueces de viento
llevo tatuada en el culo una sonrisa,
un ramillete de ajos en ristra
y un crucifijo en la mesita:
¡ Atrás, vampiros de la infamia !
¡ Carnívoros de la soberbia !
que juro que me faltan espaldas
para darme tantas vueltas
como veces paséis por mi sombra.