viernes, 1 de octubre de 2010

ODA A LA MEMORIA



A ti,
que existes desde antes
de que supiera usarte,
que me traes todo lo bueno
y malo a golpe de rayo,
inmediato prodigio
de la imagen, de la voz,
del frío o del calor.
A ti,
que compites con los libros,
las técnicas, los quehaceres,
el registro y los maestros.
Cofre profundo de fondo abismal,
ligero de pies,
recorres las millas
que te ponen los años que se fueron
y que tú traes al relámpago
de retenerlos en silencio,
reproducción incansable de los pasados,
las cuentas , las letras, las muecas,
imitador de risas y llantos que murieron,
a veces das miedo,
a veces consuelo,
descanso, sosiego, in pronto sin vivir
si te da por elegir
los peores momentos
de un retornar funesto.
A ti,
que repescas lo sagrado,
los tormentos, las mejores comidas,
sentidas o expurgadas
si te vienes por descompuestos,
modificadora de rostros,
culpable de olvidos,
citas, lugares, versos.
A ti,
que de no tenerte es peor muerto,
que en tu exilio dejas montones de nada,
el respirar por respirar,
la baba caída
y el aseo inválido.
A ti,
que si cualquier día, en cualquiera hora
tienes que dejar vacía una mente
y desgraciadamente te has de ir,
esperemos que en la carrera de mi final
la parca sea la que te adelante.