Todo lo pudres
mujer de labios finos,
podrida y podredumbre,
hedor de costuras prietas,
de bigotes feriantes,
podrida en la mierda
y en las malas costumbres.
Tu podredumbre lo indulta todo;
la fruta madura
y los quesos verdes,
tu podredumbre
es un troyano descompuesto
basto y guerrillero,
tan absuelto
como el pan anciano.
Podredumbre que no se huele,
podrida y asesina,
narices inservibles
cuando se mueve tu estiércol,
chapoteo de la miseria,
demasiados corazones
que arrastran tu negrura
como crudo los mares,
podredumbre sin vacuna,
espantapájaros de los buenos olores,
desterrador genocida,
tú que esterilizaste las flores,
la miel de las abejas,
vomitaste en los perfumes
y defecaste en las primaveras.
Todo lo pudres
mujer de labios finos
y culo de oro,
tu podredumbre lo indulta todo;
los cadáveres bajo la tierra
y los peces fuera del agua,
porque nada fermentó tanto al afectado
como la insalvable de tu jodienda.
