Bajo el juramento de las farolas espero el momento,
no es el amarillo de las luces el que segrega éste resplandor,
en los pequeños planetas inertes
no sólo los insectos han perdido frente a lo esférico.
Autos que pasan ignorantes en la costumbre,
peatones que engullen su mirada en el zapato,
sonambulismo que se perdona,
sólo éste poeta sabe del cambio que se presenta,
no hay manía más sana que reclutar a lo invencible,
esta calle está a punto de ser un bosque de hadas
con castillo en el centro,
tengo todo lo bueno que siempre se echó de menos,
han venido desde tan lejos…
y es que están todos ; los besos,
ya sean los duros o los tiernos,
los duendes del susurro,
lo agradable de los gestos,
pestañas largas, los mejores versos,
el vino, el aire limpio y las cosquillas,
los lunares con gracia, las lenguas limadas,
sueños con pajarita, corbatas sin nudo,
timones, sonrisas de algodón,
alfombras que vuelan, flores de almendro,
aceiteras y saleros,
tu pan y el mío,
lo que advierto es lo que venero,
el tiempo engordado, la vida merecida,
gotas de sudor, lunas que curan
más que cualquier medicina…
Y sólo he abierto la primera tapa,
todos amontonados en mi hoja en blanco,
un poema en la mente,
una pluma en el alma,
la erupción es inminente,
- ¡pintores de oscuridades
no dejar ni una sombra en pie !
esta noche puede que no ganemos la guerra,
pero con la mayor certeza
y sin usar un arma os diré
que haremos retroceder a las Tinieblas.
