miércoles, 2 de junio de 2010

A LA ENVIDIA



Flaca no, delgadísima, esqueleto, mísero.
La carcoma del deseo,
el mal de los espejos.
Amarilla no, amarillísima, ocre decadente, podrido.
El Caín de los quereres,
la intención enferma,
vertida en los males que repartes
desde pasados sin receta,
apártate, cáncer de las malas metas.
Hambre no, apetencia extrema, canibalismo, a ciegas.
El agujero del alma oscura,
a borbotones o a tientas
has plantado en los hombres,
sin compasión, la peor de las miserias.




(la envidia va tan flaca y amarilla
porque muerde y no come. ‘Quevedo’)