viernes, 2 de julio de 2010

NEGRURAS DEL DOLOR



Las negruras del dolor han sabido revelarse a las gasas del olvido,
infección mayor de las lluvias ácidas, los mismos interrogantes,
invernaderos destrozados, campos enfermos en su blanco lunar,
las buenas contenciones han capitulado
de vuelta al hogar que las vio nacer.
Cuídense de vencer si vinieron con sonrisas,
las negruras del dolor no respetan las condenas,
los mandamientos, los sueños con esfuerzo,
los licántropos veteranos, ni los que huyen con prisa.
Amaneceres contaminados desde mi cigarro,
las mismas alergias, los mismos pañuelos,
la misma esterilidad en el salvamento,
la misma misa de los muertos.
Relojes con pereza y patrones herejes,
las cuentas son inventos del realismo
que odian el sanado del poeta,
aquí se nació para improvisar,
lo siento por los que pensaron más que yo,
aquí lo que se engorda son las noches,
sucesoras de tardes escuálidas
con seguidilla en una cena de dos,
un espejo y una pluma, una santa y una puta…
Las negruras del dolor han disparado a quemarropa,
con diente afilado han descosido los cojines
y rasgado las corbatas, el ensañamiento viene de lejos,
aquí uno que pare palabras,
cocidos en la invasión y pócimas en la espera,
volverán, jodidos cuchillos de madrugada…