lunes, 16 de agosto de 2010

MUJER



Mujer, hembra descomunal,
tu sombra es la de un árbol
aunque tus carnes no llenarían ni un bolsillo,
mujer, loba brutal,
ante tu raza ni multiplicándome por tres
podría diferenciarme de un chiquillo,
tan atrapado en el menguar
de una gota deslizante de miel.
Mujer, fémina colosal,
sólo con tu alma harían falta
diez cielos, para sincero de mí
poder en la muerte albergarla.
Mujer, doncella infinita,
de tamaño párvulo por fuera,
de altura eterna por dentro,
me llamaron loco
aquellos que te quisieron ver con los ojos,
a ti sólo te ve con el corazón,
con la magia de un bocado
al tiempo que nos recordó
que los milagros yacen invencibles
si se trata de un caminar gemelo,
de un mayúsculo amor de dos.